POLÍTICA INTERNACIONAL

Responsable de la sección: Mario Sánchez

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama for president

Última actualización 5/11/2008, 13:52


MARIO SÁNCHEZ


Barack Obama fue fiel a su cita con la historia. El candidato demócrata se convirtió en el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos con 349 votos electorales, en un país donde hasta 1964 los afroamericanos tenían vetado el derecho a participar en las elecciones. Por su parte, el candidato republicano, John McCain, consiguió 162 votos, en unos comicios donde el Grand Old Party acusó la herencia de los ochos años de gobierno de George Bush.

Los resultados confirmaron los pronósticos de los sondeos. Los demócratas se alzaron con la victoria en sus estados tradicionales y consiguieron el triunfo en zonas donde hasta el momento era impensable que un candidato negro consiguiera ser el candidato más votado. Tal es el caso de Virginia o Indiana, feudos tradicionales de los conservadores.

Los seguidores de Obama, reunidos en el Grant Park de Chicago, pronto se dejaron llevar por la euforia para celebrar la victoria del cambio. Los swing states, considerados por todos los analistas como decisivos a la hora de inclinar la balanza en las elecciones, fueron a parar abrumadoramente a manos de los demócratas. Así, Ohio, Florida y Pennsylvania, objeto de polémica en anteriores comicios, se decantaron muy pronto del lado liberal, menguando claramente las opciones de victoria de McCain.

Cuando cerraron las puertas de los colegios electorales en la costa oeste se confirmó la victoria de Obama. Pronto las calles de las principales ciudades de los Estados Unidos se llenaron de gente dispuesta a celebrar la elección del nuevo presidente. De este modo, Chicago, epicentro de la victoria demócrata, congregó a un millón de personas ansiosas de escuchar las primeras palabras del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

En Phoenix, lugar elegido por los republicanos para seguir el devenir del escrutinio, John McCain pronunció un discurso en el que reconocía su derrota. En una alocución, que sonó como despedida a una trayectoria política de más de cuarenta años, el gobernador de Arizona afirmó que “el 4 de noviembre de 2008 pasará a la historia como la fecha en que un ciudadano negro rompió la historia al convertirse en presidente de Estados Unidos”. Además, demandó a sus partidarios que se pusieran de inmediato a disposición de Obama porque, “al margen de ideologías, todos somos americanos y debemos contribuir por engrandecer a nuestra nación”. Si el veterano político arizonense hubiese mantenido este tono a lo largo de su campaña es probable que la pelea por la Casa Blanca hubiese sido más reñida. Este discurso de hombre de estado contrasta con el carácter beligerante de Sarah Palin, quien acompañó en todo momento a los miembros de su candidatura en Prescott.

Por su parte, Barack Obama, quien mantuvo en todo momento la templanza, compareció ante sus seguidores acompañado de su mujer y sus dos hijas, pilares fundamentales a lo largo de su campaña. Después de recordar a su abuela, fallecida un día antes de los comicios, enumeró los principales retos a los que se enfrenta en su nueva empresa. Posteriormente, llamó a la unidad interior y exterior para superar la crisis mundial para concluir aludiendo a lo histórico del momento que estaba viviendo. “Espero que mis hijas cuando sean ancianas vivan en un país mejor que el yo me encontré y más próspero e integrador que el de cien años a esta parte”. La historia pone a cada cual en su sitio. Estados Unidos vive un momento de cambio en el que Obama es su principal protagonista. Que responda a todas las expectativas generadas alrededor de su figura depende tanto de él mismo como del contexto real a escala global y las circunstancias internas del país que desde el 20 de enero comenzará a dirigir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La posición de Obama hacia Afganistán es más hacia la derecha que Bush, quiere una escalada, habla de dos brigadas más, un porcentaje -dice- de 10 o 15 mil soldados más. Ahora hay un doble discurso con Irak. Habla de retirar tropas pero no de sacarlos, dice bajar el número de tropas y tratar de mantenerlos como una fuerza de reserva. Eso es un paso atrás en relación con el año pasado cuando hablaba de retirar todas las tropas. El Sr. Obama tiene un doble discurso, en un lado habla de libre comercio y del otro lado -para conseguir votos sindicales- hablaba de mayor proteccionismo de la industria, es decir, imponer barreras a las exportaciones latinoamericanas.

Anónimo dijo...

Las expectativas que a escala global ha despertado la victoria de Barack Obama son incalculables. A pertir del 4 de noviembre de 2008se abre una nueva etapa en el interior y en el exterior de Estados Unidos. En este último aspecto, y entroncando con la cuestión que usted plantea, debo decirle que primero habrá que dejarle actuar para posteriormente juzgar. Enpezando por la cuestión de Irak, la situación actual en el país mesopotámico, por mucho que se empeñen las fuerzas estadounidenses en ocultarlo es caótica. Una retirada total sería una temeridad. No entienda este argumento como el de alguien en favor del militarismo. Todo lo contrario. La retirada debería ser progresiva y se debería optar por impulsar la formación de un gobierno de unidad, equilibrado en la representación de las corrientes religiosas, en un país tan dividido en este sentido. Y esta transición debería llevarse a cabo implicando a todos los países de la región, especialmente a Irán y a Siria. Por ello, el mensaje de diálogo de Obama, en este sentido, es digno de elogio. En cuanto a Afganistán, el aumento de tropas allí se encontraba dentro del programa con el que el candidato demócrata concurrió a las elecciones, por lo que no deberia tomarle por sorpresa. En el mundo todo sería más sencillo si no hubiera guerras, pero esto no es así. Y ya que las conflagraciones han empezado, deben terminarse. Ello, en este caso también, debe hacerse mediante la palabra, por lo que habría que reunir todos los esfuerzos diplomáticos en implicar a Pakistán en la resolución del conflicto. En cuanto al, según su parecer, doble discurso de Obama, dejémosle tomar posesión de su cargo y tomar sus primeras decisiones. Entonces la crítica sí tendrá sentido.

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