POLÍTICA INTERNACIONAL

Responsable de la sección: Mario Sánchez

lunes, 1 de diciembre de 2008


MARIO SÁNCHEZ

Bombay, la capital económica y financiera de la India, se vio sacudida por una oleada de atentados que se han cobrado la vida de 190 personas. La acción coordinada de varios comandos terroristas llegados por mar atacó siete puntos de alto valor simbólico y frecuentados por turistas. La cadena infernal dio comienzo cuando varios de esos comandos abrieron fuego, haciendo estallar diversas bombas en diferentes sitios del sur de la ciudad como la estación Chhatrapati (CST) y el hotel Taj Mahal. Un grupo islamista llamado Deccan Muyaidín, poco conocido hasta la fecha, se atribuía, a través de distintos correos electrónico, la autoría de la cadena de ataques. Uno de sus primeros objetivos fue el hospital Cama, al hilo de una estrategia llevada a cabo recientemente en Nueva Delhi, destinado a sembrar el terror a la llegada de los primeros heridos. La zona más castigada fue Colaba, donde los locales de ocio y los restaurantes se llenaron de sangre y de zapatos abandonados. Una casa de acogida de judíos extranjeros se convirtió también en uno de los objetivos, al tiempo que uno de los comandos intentó huir de la zona abriendo fuego desde un coche de policía que habían robado. Los terroristas recluyeron a turistas, especialmente estadounidenses y británicos, en varios hoteles de lujo. El ejército indio los liberó días más tarde en una misión de alto riesgo.

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